miércoles, 26 de junio de 2013

CAPÍTULO 5

La luna llena iluminaba las calles de Chicago. Habían pasado nueve días desde el casi asesinato de Mary Luce, que aún estaba débil y el frío empezaba a azotar su cuerpo.
Me puse bien la bufanda y seguí caminando, Orlando a mi lado sin decir una palabra.
Paramos en un callejón donde habían visto actividad de ghouls.
-Stay back-dijo Orlando, sacando su arma-
Hice caso y saqué la mía, mirando detrás por si era alguna emboscada.
-Ghouls!
Venían por dos lados. Empezamos a matar, hasta que uno se me tiró encima y me quitó el arma.
Peleé con fuerza, conseguí ponerlo debajo de mí y me lié a puñetazos con él hasta dejarlo inconsciente.
-Are you allright?
-Yeah.
Sacó el móvil y llamó al jefe.
-The ghouls are done.
-Okay, you can have a break.-sonreí y guardé el arma-
-Lucía!
Volví la cabeza y una arpía me arañó la cara. Grité y caí hacia atrás.
-Run!
Me levanté con furia y saqué el cuchillo.
-Where is she? Orlando?
Miré el cielo y una sombra rápida lo oscureció.
No veía nada. Di vueltas en círculo, pero no vi nada. Llamé a Isabella.
-¡Isabella, Orlando ha desaparecido! Me atacó una arpía y lo perdí de vista.
-Sal de ahí. Nash Grigori está siguiéndoos.
-No ha aparecido por aquí.
-Hace unos 10 minutos que lo vimos.
-No veo a nadie Isabella…
-Hazme caso. No quiero encontrarte muerta.
-Me estás asustando. No puedo dejar a Orlando.
-Mi padre dice que te vayas de ahí.
-No puedo…No puedo dejarlo.
Colgué el móvil y me adentré en la oscuridad del callejón y salté la tapia del callejón. Un cementerio.
-Oh, genial. Esto no podría ir mejor.
Seguí con el cuchillo en la mano y noté una gota de sangre en mi mejilla. Los pelos de la nuca se me erizaron y me volví. Nadie.
-Me estoy volviendo paranoica…
Seguí andando por las tumbas y casi me pongo a gritar cuando una mano me cogió el pie y me tiró al suelo.
-Shhhhhh. Estate quieta.
Thomas. Respiré hondo y me mordí el labio.
-¿Qué pasa aquí?
-Reunión de arpías.
Miré hacia donde él miraba y me quedé helada. Orlando atado, las arpías con sus “mejores galas” alrededor de él, arañándolo con sus uñas.
-¿Pasa algo si te araña una arpía?
-No. ¿Por qué?
Señalé el arañazo en la mejilla y él sonrió.
-Cuando lleguemos te lo curo. Ahora hay que sacar a Orlando de ahí.
-¿Cómo?
-Toma-me dio un papel arrugado-Léelo.
- Hos Harpys ad ínferos.
No pasó nada.
-Mierda, Isabella no lo ha bendecido.
-¿Qué hacemos?
-Pasar al plan b.
Lo interrogué con la mirada.
-Pedir ayuda a Grigori.
-Ni de broma. Casi nos mata.
-O eso o estamos peor en manos de arpías. Estas son mucho peor, créeme.
-No pienso pedirle ayuda a alguien que quiso matarme.
-¿Crees que yo quiero?
Cerré los ojos y asentí.
Salté primero la tapia y al llegar al suelo, vi a Nash de pie frente a mí. Era alto, y así imponía mucho más. Me ayudó a levantarme y esperó a que Thomas bajara.
-¿Queréis algo?
Tragué saliva y también mi orgullo.
-Necesitamos que nos ayudes. Han atrapado a Orlando, no podemos sacarlo de ahí, por favor, ayúdanos.
-¿Qué son?
-Arpías.
-¿Qué obtengo a cambio?
Miré a Thomas y él se encogió de hombros.
-Pues no lo sé… ¿Qué te gustaría?
-Mmmm. Una noche con ella estaría bien.
-¡¿Qué?!-exclamé, mirando a Thomas-
-Aceptamos.
-¡Eh!-empujé a Thomas cabreada-¡Yo no dije que aceptara!
-Yo llevo el mando cuando no está Reems. Acata mis órdenes.
-No pienso irme con él. ¡He dicho que no!
-Deja de comportarte como un bebé.
-¡Claro, me comporto como un bebé cuando te interesa! ¡No pienso hacerlo! ¡Si tengo que matar yo sola esas arpías, lo haré!
-No permitiré que te expongas de esa manera. Casi mueres el primer día. No queremos que mueras.
-¡Pues parece que quieres un destino peor para mí! ¡Imagínate que estará pensando en hacerme! ¡No me hagas esto, por favor!
-El trato está cerrado.
Gruñí y lo empujé a un lado. Salté la tapia hacia el cementerio hecha una furia. Iba a hacerlo yo sola.
-¡Eh, arpías! ¡Venid a por mí!-saqué el cuchillo y las esperé-
Se pusieron en círculo, mirándome con ojos de diversión y a la vez de odio, sus uñas se acercaban a mí peligrosamente, y yo no me moví. Las esperé. Tensé los músculos y gruñí con fuerza. Blandí el cuchillo y atravesé a dos. Me cargué a una tercera y luego desaparecieron.
-Orlando!-le quité las ataduras y lo llamé, hasta que despertó-Orlando, are you ok?
-Thanks. Thanks for saving my life.
Thomas estaba detrás de mí  y me llamó.
-Lucía, ven aquí.
Cogí a Orlando y lo llevé hasta él.
-Ha espantado a las arpías. Tienes que ir con él.

Me derrumbé en el suelo, haciendo que Thomas cogiera a Orlando y yo me quedara mirando la oscuridad. El miedo me invadió como un latigazo. Iba a morir. Iba a morir…

martes, 25 de junio de 2013

CAPÍTULO 4

Busqué con la mirada pero no conseguía distinguir a nadie.
-Descripción, por favor.
-Vamos al baño. ¡Ya!
Me agarró de la mano y me llevó por un pasillo oscuro. Miraba hacia atrás y aceleró el paso.
La gente estorbaba. Cuando casi estábamos saliendo de la oscuridad, un pie me puso la zancadilla y me caí de bruces al suelo. Busqué a Mary Luce, pero no la veía en la oscuridad.
-Humana estúpida.
Me volví ante aquella sensual voz de hombre y casi se me sale el corazón de la boca.
Su pelo castaño estaba revuelto, como sin peinar, dándole un aspecto salvaje. Los ojos marrones con motas doradas y verdes, unos labios carnosos y una barba de dos días completaban su rostro. Juraría que sus ojos brillaron en color rojo.
Gateé hacia delante buscando la puerta del baño. Mary Luce me había dejado sola. Apreté los dientes de la frustración y conseguí entrar en el baño. Me quedé mirando horrorizada.
Una vampira mordiendo a Mary Luce.
-¡No!-grité, casi sin pensar-
Saqué la estaca  cuando se acercó a mí.
Ella se rió.
-Venga pequeña. Úsala.
Me intentó dar una patada en la cabeza con el tacón, pero yo me agaché y le di en el pie, por lo que perdió el equilibrio y cayó.
-¡Maldita zorra!
Se abalanzó sobre mí y me empujó con fuerza a la pared de azulejos.
-Oh no, otra vez no…
Me cogió la cabeza y me lanzó a la puerta de uno de los inodoros. Cuando se acercó de nuevo, la golpeé en la cara con mi puño. Conseguí levantarme, pero recibí una patada de nuevo a la altura de la cabeza. Bajé la cabeza a tiempo, la puerta de madera se rompió y saltaron varias astillas. Busqué mi estaca, pero la habría perdido en la pelea. Cuando se acercó para morderme, le clavé un palo afilado que había surgido de su patada. La atravesé de punta a punta. Un gemido ronco salió de su boca y echó sangre por la boca.
-¿Por qué no se deshace? ¿Mary Luce?
Ella gimió algo como cuidado, pero cuando miré hacia la puerta él ya estaba allí. Nash Grigori.
Dejé el cuerpo de la vampira y fui hasta Mary Luce.
-¿Qué hacemos?-susurré-
-Rezar para que no nos mate.-susurró Mary Luce apretando su mano en la mía, aterrada-
Me levanté y la dejé apartada.
-¿Qué quieres?-dije con la voz más segura que pude encontrar-
-Sólo quiero divertirme un poco.
Busqué la estaca con la mirada. Estaba detrás de él.
-Oh no, niña. Ni se te ocurra.
-¿Cómo es que puedes leer mis pensamientos?
-Las mentes humanas sois muy débiles. Para cualquier vampiro antiguo es fácil.
Se acercó y yo retrocedí, hasta que di con la pared y me quedé mirándolo, era bastante más alto que yo.
-¿Por qué no se deshizo?
-No mataste a un vampiro. Ella estaba en la transición.
Miré el cadáver sangrando y mi estómago se puso del revés.
Bajó su cabeza hasta mi cuello y sopló en él. No tenía armas para defenderme.
-Déjame-susurré, temblando de pies a cabeza-
-Shhhhhh. ¿Ves la sangre? La sangre de un inocente. Has matado a un inocente.
Las lágrimas picaron en mis ojos.
-No.
-¿Cómo se lo dirás a Reems? ¿Y al patético de Thomas?
-¡Cállate!
Lamió la piel de mi cuello de una manera que casi me derrite los huesos.
-Eres una asesina.
Estaba a punto de caer de rodillas.
-No. ¡No!
Me agarró de la cintura bruscamente y echó mi pelo hacia atrás, dejando mi cuello completamente expuesto.
-Mmmm. Hueles muy bien. Seguro que sabrás mejor…
Mi cuerpo se sacudió casi de forma involuntaria.
-Déjala.- dijo Mary Luce empuñando mí estaca débilmente-
-Está bien, pelirroja. Si tú quieres, también.
Como en un borrón, él me dejó en el suelo y se tiró encima de Mary Luce. Atravesó su cuello con brutalidad y yo me puse a gritar.
-¡No! ¡No, por favor, no!
Él no me hacía caso. Seguía bebiendo de Mary Luce, mirándome con aquellos ojos rojos de sangre.
Lloré y me hice un ovillo en el suelo, temblando de miedo mientras me castañeaban los dientes.
Cuando llegaron los de emergencias, yo era incapaz de hablar. Tenía la mente llena de escenas sangrientas. Mary Luce estaba en estado crítico, no me pidieron explicaciones al ver el trauma que tenía encima.
Thomas me llevó a casa esa noche. Me dejó en el apartamento asegurando la puerta y las ventanas y se fue dándome un beso de buenas noches en la mejilla, como se había acostumbrado a hacer.
Lo primero que hice fue irme al espejo del baño. Tenía un aspecto de loca.
Mi pelo enredado, el maquillaje de los ojos corrido, los labios enrojecidos de los pucheros, los ojos enrojecidos y húmedos mirándome al espejo.
Me di una ducha a duras penas y me desenredé el pelo recogiéndomelo en una trenza, y tras tomarme una tila me acosté.
Nada mas mirar la oscuridad mi miedo creció. Que estuviera allí acechando en las sombras me aterraba. Si había sido capaz de hacerme pasar ese infierno viendo a Mary Luce, lo haría con cualquiera.
Una brisa fresca entró en la habitación.

Juraría que he cerrado las ventanas…

CAPÍTULO 3.

A principios de diciembre me reincorporé al cuerpo. Había noticias frescas.
El vampiro que había matado a Holly estaba en Chicago. Thomas lo había visto el día anterior a mi llegada, y estaba muy cabreado.
Aquella noche me tocaba patrullar con Mary Luce. Thomas iba con Orlando.
-Orlando, don’t let him kill the vampire.
-I promise.
Fueron las primeras palabras que le dije a Orlando desde que estaba en Chicago. Él era muy simpático, por lo que parecía, y siempre estaba de broma con la gente.
Gracias a Thomas, había aprendido a luchar cuerpo a cuerpo. Él era fuerte, me había costado mucho, pero ya podía luchar decentemente. Estaba preparada para patear culos.
Salí de mis pensamientos y seguí a Mary Luce por las calles hasta un bar.
-Aquí debe de estar Grigori.
Esta noche llevaba una estaca con la empuñadura de plata en el bolsillo interior de mi chaqueta de cuero. Apenas se notaba, pero yo estaba muy nerviosa. Este bar estaba infestado de vampiros.
Aparte de bar, tenía un anexo de discoteca. Y por lo que vi, también prostitutas. Mary Luce me guió a la barra y se pidió un whisky. Yo pedí un malibú con piña.
Mientras hablábamos, yo miraba a los vampiros del bar. Había muchos, y se exponían ante humanos, bueno, la mayoría humanas, y las cortejaban o como se llamara. Uno chupó el cuello de una chica rubia mientras sus amigas se reían también con vampiros alrededor. Se me formó un nudo en el estómago cuando la besó y le mordió la boca con los colmillos. Los sonidos de los vasos, la música, los gemidos de las prostitutas, gruñidos, me estaba volviendo loca.
-Tengo que ir al baño-susurré-No me encuentro bien.
-No podemos separarnos. Ahora vamos, antes me beberé esto.
-¿Cómo sabes quién es?
-Lo he visto.
-Yo no.
-Atacó a Isabella hace unas semanas.
Casi hecho el malibú con piña por la nariz.
-¿Qué?
-Sí, mientras luchábamos contra ghouls apareció. Atacó a Isabella, la dejó fuera de combate.
-No hay manera de que salgamos sin un rasguño cada noche.
Ella se rió y me dio una palmada en el hombro.
-Tranquila. Fuiste muy fuerte, y te cargaste a tu primer vampiro el primer día.
-A cambio de una pierna. Ahora, si tengo que matar otro, ¿le daré un ojo?
Bebió un traguito de whisky y sonrió.
-No hará falta. Has mejorado mucho. El primer día te cogió de sorpresa.
-Me hizo papilla.
-Cierto. Pero siempre puedes mejorarlo. Nadie dijo que es fácil.
-Ya… Pero me siento mal por haber defraudado al jefe.
-No digas eso. No fue culpa tuya. Ni de Isabella. Os estaba esperando. Ese vampiro llevaba en la vía antes de que tú siquiera llegaras a Chicago. Tuvisteis mala suerte y ya está.
Jugueteé con un mechón de pelo y avisté a dos vampiros que se nos acercaban.
-Oh oh.
-Mierda…Problemas.
Los vampiros se acercaron. Eran rubios, con los ojos inyectados en sangre. Y se relamían la boca, asomando sus colmillos. Me mantuve impasible mirándolos.
Mary Luce me dio con la pierna por abajo, invisible en la oscuridad.
-¿Queréis algo?-inquirí, mirando a uno con el pelo largo-Si no, podríais quitaros. Gracias.
El vampiro se quedó sorprendido ante mi respuesta.
-Oh, yo que tú le haría caso, grandullón.-dijo Mary Luce, divertida-
Los vampiros nos miraron y luego se marcharon.
-¡Wow, eso fue increíble Lucía!
-Se aprende de la vida. Aunque nunca he utilizado el despache con un vampiro.
Ella se rió y chocó su mano con la mía, en señal de victoria. Volvió a pedirnos lo mismo de antes.
-Memorable. Un brindis por ti.
Me reí y cogí el vaso.
-Salud.
-Salud.
Bebimos un trago largo las dos juntas y luego dejamos los vasos el mismo tiempo, riéndonos.
-Bebiendo no me ganas, jovencita.
-Nunca podré ganar a una texana.
-Buena observación. Me tienes que enseñar cómo escapar así de los hombres.
-Lo intentaré. Te lo advierto, la inspiración llega sola a veces, no podré enseñarte todos mis conocimientos.-puse cara de feel like a sir y ella se rió-Enserio, esto ha sido un poco ocurrencia. Toma nota.
Miré a Mary Luce. Estaba ausente observando la nada. Me giré e inmediatamente ella me apretó la mano.
-Es él.
-¿Quién?

-Nash Grigori.

domingo, 23 de junio de 2013

CAPÍTULO 2

Mientras Isabella conducía, yo miraba Chicago por la ventana. Los grandes edificios me impresionaban. Isabella bajó la cabeza para poner la radio, y entonces ocurrió.
Al mirar hacia delante, vi al ser más horrible que había visto. No tenía pelo, ni siquiera cejas, y tenía una hilera de dientes afilados asomando por su boca. Sus ojos eran de un color rojo y miraban cruelmente los míos. Iba todo con ropas desgarradas, de colores oscuros. Los incisivos le crecieron y yo grité. Isabella intentó esquivarlo, pero chocamos con él. Y el coche voló por los aires.
El airbag sólo sirvió para empujarme aún más atrás de la puerta. Me golpeé brutalmente la cabeza contra algo duro y un dolor insoportable se extendió por mi cuerpo. Notaba mi propia sangre nublándome los ojos. Con una horquilla pinché cómo puede el airbag  y llamé a Isabella. Ella gimió como respuesta. Me dolía mucho la cabeza, y no había luz. Lo peor era no poder ver nuestra situación.
-¿Qué era eso?
-Es un tipo de vampiro loco. La sed de sangre lo ciega.
-Oh dios mío. Vamos a llamar a tu padre.
Cogí mi Blackberry y marqué el teléfono que Isabella me dio. Un toque. Dos toques.
-Hello?
-¡Señor Reems, hemos tenido un accidente de coche!
Oí movimiento por el otro lado y seguí mirando la oscuridad, rezando para que ese ser no pudiera entrar en el coche.
-¿Fue natural?
-No, un vampiro con sed de sangre según Isabella.
-Mierda. ¿Sabéis dónde estáis?
-Espere, voy  a mirarlo en el GPS.
Puse el GPS en la Blackberry y esperé.
-No es ninguna calle. Es un tramo de algún camino.
-Mierda-susurró él-No cuelgues. Dime cómo pasó.
-Fue culpa mía, papá.-gruñó Isabella desde el asiento del conductor-No miré a la carretera y el vampiro aprovechó. Nos chocamos con él pero es muy fuerte. Hizo volar el coche.
-¿Qué hacemos?
-No lo sé. No sé qué deciros. Quedaos ahí un momento.
Cuando una mano me cogió del brazo y me sacó del coche, grité con todas mis fuerzas, aferrándome a móvil. Isabella gimió e intentó salir, pero tenía la pierna atrapada.
Las luces del coche se encendieron. El rostro inhumano del vampiro estaba mirándome. Los ojos se me llenaron de lágrimas con miedo y él se abalanzó sobre mí. Seguí gritando cuando pasó su lengua por mi cuello, encontrando el punto donde latía más fuerte mi corazón. Grité en su oído con todas mis fuerzas y él se echó atrás, dejándome libre. Eché a correr y saqué la pistola con dedos temblorosos.
Dejé de verlo, todo volvió a ser oscuro. No moví ni un músculo. Nunca me habían entrenado en la oscuridad. Isabella…
El vampiro estaba detrás. Me cogió de los hombros y me tiró al tronco de un árbol. Mi cabeza latía de dolor, pero aguanté. Él se puso frente a mí y me sonrió diabólicamente.
-Tú rompiste mi tímpano. Ahora yo te romperé algo.
Antes de comprender sus palabras, un dolor durísimo me atravesó. Me había partido la pierna. Aún grité más, grité de agonía, sollocé por el dolor mientras él se reía. El jefe Reems lo estaba escuchando todo. Él se acercó a morderme y yo no perdí el tiempo. Aguantando el dolor de mi cuerpo, le disparé una bala de plata en el corazón. El gruñido de él en mi garganta me alertó de una posible mordida. Pero se desvaneció como polvo. Jadeando, cogí el teléfono.
-¿Señor Reems?
-Thomas y Natalia van para allá. Hemos encontrado vuestra localización.
-¿Señor Reems?
-¿Sí?
-Por favor, mande una ambulancia.
Mi cuerpo se aflojó y dejé de sentir.
***************************************
 Desperté en una cama de hospital. Tenía la pierna subida y escayolada y sentí un fuerte dolor de cabeza.
-¿Hay alguien ahí?
Thomas apareció tras una cortina al lado mía.
-Hola. ¿Cómo estás?
-¿Cómo está Isabella?
-Nada grave. Pero tú sí estás grave. De rodilla para arriba tienes el hueso roto. ¿Qué te hizo?
Cerré los ojos recordando lentamente.
-Me sacó del coche. Iba a morderme, grité en su oído y pude escapar un poco de tiempo. Pero luego, me tiró a un árbol y luego dijo que yo le rompí el tímpano, así que él me tenía que romper algo. Fue mi pierna. Se reía viéndome sufrir y retorcerme de do…lor.-apreté los dientes-Pero lo maté.
Él me cogió las manos entre las suyas.
-Fuiste muy valiente.
-¿Pero qué pasó con la patrulla anoche?
-Salí solo. Las dos estabais fuera de combate.
-Lo siento.
-No. No fue culpa de nadie. Aunque lo vierais, nunca lograríais a escapar sin matarlo. Esos vampiros son mucho más fuertes que los otros.
-¿Sólo el hambre los hace más fuertes?
-El exceso de sangre les da habilidades. Hay algunos vampiros que se pueden controlar.-bajó la mirada a mis manos y sonrió-Aún no puedo creer que te lo cargaras.
-Cayó como polvo.
Él se rió y me miró a los ojos.
-Sé que ahora tienes miedo, y sí, este es el día a día de lo que hacemos. O aprendemos a vivir con ello o nunca estaremos concentrados.
-Quiero que me enseñes a luchar.
-¿No sabes luchar?
-Sólo sé pegar puñetazos y alguna que otra patada. Necesito que me enseñes.
-Claro. Yo creo que en unas semanas podrás andar de nuevo.
-Gracias por quedarte aquí.
-No hay nada que agradecer, pequeña. –Me besó la frente y la dejó apoyada en la mía-No quiero perder a alguien otra vez.
Lo abracé y él apoyó su cabeza en mi cuello.
-Dime qué pasó.
-Yo…La perdí. Ese maldito vampiro la atacó. Le desgarró la garganta delante de mí…
-Tranquilo. Sigue.
-Y no pude salvarla. Murió en mis brazos, y el muy hijo de puta…Se reía…
-¿Sabes quién era?
-Nash Grigori.
Al oír ese nombre, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.
-¿Cuánto tiempo hace?
-Nueve años.
Lo abracé más fuerte y negué con la cabeza.
-Seguro que está en el cielo esperándote.
-Ojalá fuera cierto.
-No seas idiota. Ella te quería.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque si yo fuera tu hermana, querría tener un hermano así de protector.
Él se rió y se levantó.
-Gracias por hacerme sentir mejor.
-De nada, pequeña.
Salió de la habitación dejándome sumida en mis pensamientos.
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¡Capítulo 2 subido!Querría leer reacciones para seguir con la historia ya que ahora mismo tengo una saga en mente alrededor de esta historia y necesitaría apoyo.Gracias,dejad comentarios,pasadlo...Todo lo que podáis hacer para contribuir a que esto mejore.Besus.
Alejandra.

CAPÍTULO 1.

Miré el móvil para distraerme del miedo a volar. Un mensaje de Nuria. Lo abrí y casi me pongo a llorar al leerlo.
Querida Lucía:
¿Así que te vas a EE.UU?  No sabía nada del tema, con el viaje a Italia y sin internet nadie me ha contado nada nuevo. Cariño, sé que es muy duro para ti dejar España ya. Estudiaste y trabajaste mucho para ser policía… ¡Y aquí lo tienes! Solo decirte que me siento muy orgullosa de ti y que sepas que te apoyaré en todo lo que hagas, porque ya sabes, las mejores amigas están para todo, igual que tú estuviste para mí cuando yo sufrí. Espero que patees muchos culos y que encuentres a alguien que te haga feliz, que no sea tan capullo como Luis. Muchos besos mi niña, y espero que me llames de vez en cuando, a ver si puedo convencer a mis padres para un viaje a EE.UU J
Recibí un Whatssap de Rebeca, Ana y Roberto, compañeros de carrera que aún no habían sido destinados a ninguna parte. No había focos de paranormalidad.  Ah sí, no voy a ser esa policía como las que salen en la TV perfectas con maquillaje para todo. Voy a ser una policía contra los peores seres del panorama: vampiros, hombres lobo, demonios, arpías… Todo lo que hay en vuestras peores pesadillas. He luchado mucho, y he sido una de las seleccionadas para este tipo de cuerpo policial. Mi inglés va muy bien, siempre se me han dado muy bien los idiomas, pero tengo mucho miedo. He ido a Italia, a Grecia, a Francia y al Reino Unido, pero nunca tan lejos como a EE.UU.
Volví a mirarlo y vi que llevaba seis horas. Llamé a la azafata, que me miró con una sonrisa cansada:
-¿Qué desea?
-¿Podría decirme cuántas horas de avión son de viaje?
-Hay nueve horas más o menos. Tranquila, ya quedan tres. Se pasa rápido.
Suspiré y me dejé caer en el sillón.
-Dios mío.
Me dormí intentando hacer pasar las horas.
***********************************
-Señorita. Hemos llegado.
Abrí los ojos y la azafata me miró sonriendo.
-Estamos en Chicago.
Miré por la ventana y me quedé mirando los rascacielos a lo lejos. El aeropuerto estaba lejos por lo que parecía. Bostecé.
-Muchas gracias. Buen viaje de vuelta. –Sonreí y ella me despidió con la cabeza, con una sonrisa-
Bajé detrás de una familia al completo, eran ocho personas e iban niños pequeños, no más de seis años. Latinos. Sonreí cuando me dejaron pasar y oí los susurros de los niños detrás de mí cuando fui a recoger el equipaje.
-Es muy guapa.
-Mira que pelo tan largo. Quiero tener el pelo así, mami.
-Dejad de cuchichear.
-Gracias.-Dije a los niños cuando me iba-
Cuando iba saliendo del aeropuerto para llamar a un taxi, alguien me tocó el hombro.
-Excuse me lady. Are you Lucía Nogales González?
-Yes.
-Ok, I’ll talk in Spanish now. Hola, Lucía. Soy el agente de policía Thomas Riley, vengo a recogerte. Eres la nueva en el cuerpo.
-Oh, gracias. No sabía a dónde ir.-Me quedé mirando sus ojos azules como el mar casi embobada mientras camina a mi lado-
- Ahora vamos a la comisaría-Cogió mi maleta y la puso en el maletero de un Audi negro-Tenemos que darte las llaves de tu apartamento.
-¿Apartamento? Yo pensaba que me quedaba en un hotel, he traído dinero y todo.
-Vas a tener un apartamento para ti sola. El alquiler son 80 $ al mes.
Saqué mi billetera y miré el contenido. Había traído unos 5.000 $ y aún así a mi madre le parecía poco.
-El sueldo es de 500 $ al mes. Es poco, ya, pero es hasta que se vaya Orlando.
-¿Orlando?
-Un compañero. Se va a retirar, tiene 34 años y es el segundo más viejo tras el jefe Reems.
- Estoy un poco perdida. En España con euros y aquí con dólares. La verdad, no se me dan muy bien las matemáticas.
-No hay problema. Uno se acostumbra. Ah, perdona, estoy preguntándome cuántos años tienes.
-¿Cuántos crees que tengo?
-Te pondría 25.
-Tan vieja no soy.23.
-¿Enserio?
-De verdad, cumplo los 24 en Agosto.
-O sea que acabas de cumplir los 23. Estamos en Septiembre, el día 14 de Septiembre. ¿Qué día?
-El 30 de agosto.
-Eres la más joven del cuerpo. No pensé que pudieran graduarse tan pronto.
-Ya. Yo tampoco. Me siento como una adolescente.
Él se rió y me miró sonriendo.
-¿Una adolescente en su primer día de clases?
-Sí…
-Tranquila. Es fácil llevarse bien con todos, pero no le cojas cariño a Orlando. A mí me está costando el dejarlo ir.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Yo soy quien lo sustituye, ¿verdad? Le he quitado el puesto.
-No, Lucía. Tú eres el refuerzo. La hija de Reems sustituye a Orlando.
-¿Cuándo se va?
-En junio.
-Vas a perder un amigo…
-No es cierto. Él seguirá siendo mi amigo, aunque no trabajemos juntos siempre podremos ir a tomarnos una cerveza de vez en cuando.
Sonreí.
-Es bonito mantener una amistad. Dependes de esa persona, cuando te alejas de ella es como si una parte de ti se fuera.
-Nunca he oído una reflexión así. Tienes una mente muy bien desarrollada.
-Espero que me sirva para esto.
-Mira, ya sé que te da miedo esto, pero fuiste seleccionada entre millones. Si fue por eso, es porque confían en ti y saben de lo que eres capaz. Podrás tener miedo, no digo que no, pero nunca vas a ser incapaz de hacerlo. Estamos aquí para ayudarte. Somos tus compañeros.
El coche se paró antes de que pudiera hablar. Estábamos en la comisaría.
-Luego bajamos a por tus cosas.
Me guió por un ascensor hasta la planta 3. Al abrirse las puertas, me sumí en un mundo nuevo.
Vi primero a una chica rubia. Podría ser de mi edad o un poco más, llevaba el pelo largo suelto, llevaba una chaqueta de cuero negra, una camiseta de cuello muy escotado y unos vaqueros cortos con deportivas. Me miró y sonrió.
-¿Lucía? Hola.
-¿Todos hablan español?
-Orlando no habla español-me señaló a un chico de raza negra que tomaba café con los ojos puestos en mí-pero sí francés e inglés. Soy Isabella, encantada de conocerte.
-Igualmente.
-Te presentaré al grupo-me cogió de la mano y me transportó por la oficina-Esta es Mary Luce-dijo, cuando llegamos hacia una chica pelirroja con los ojos azules-Aquel es mi padre el jefe Reems-señaló a un hombre calvo-Y Natalia debe de estar por aquí. ¿Nati?
-¿Sí?-dijo una voz femenina con acento latino-
-Ha venido la chica nueva, Lucía.
Oí pasos rápidos de tacones y tras una puerta que daba a una especie de pasillo oscuro, apareció una chica latina. Su pelo liso y ondulado en una coleta al lado de color castaño oscuro, sus ojos de un color casi negro vestida con una camisa blanca que contrastaba su piel morena  y unos vaqueros ajustados con unos tacones altos. Me sonrió y me dio un abrazo.
-Bienvenida al cuerpo. Encantada, soy Natalia Rodríguez.
Le sonreí de vuelta y asentí con la cabeza.
-Vaya buen recibimiento-dijo una voz a mi espalda-
Me volví y vi al jefe Reems.
-Hola-dije tímidamente-
-Ven conmigo a mi oficina-me señaló un anexo de la oficina y yo lo seguí, pasé tras él en el despacho y me senté en el sillón de cuero negro enfrente de él. Me miró y sacó unos papeles con mi expediente-Lucía Nogales González. Tienes 23 años. Te has formado en muy poco tiempo…Pero vienes muy bien recomendada. Bien. Esta noche saldrás de caza con Thomas.
Lo miré asustada.
-¿De caza?
-¡Oh! No sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Esta noche saldrás a patrullar y poner orden.
Tragué saliva y me mordí el labio.
-¿Podría establecerme antes en el apartamento?
-Bien. Que te acompañe Isabella entonces, ella vive cerca de ti.
-¿Podría explicarme cómo va esto?
-Cada noche salimos 4 a patrullar. En parejas vais por la ciudad, siempre en contacto con los otros. Aquí se quedan dos, por si hay alguna emergencia, pero nunca se queda el edificio solo. Si tienes que llamar a alguien para que se quede contigo, lo haces, pero nunca puedes dejar el edificio solo y te quedas de vigilancia. Esta noche me quedo yo con Natalia. Vais a patrullar Thomas, Mary Luce, Orlando y tú.
-¿Isabella no patrulla?
-Isabella se queda de refuerzo.
Asentí con la cabeza y él me pasó una pistola de 9 mm.
-Tiene balas de plata.-Me pasó una cajitas con balas-Cuando necesites, ven por más. Ahora Isabella te acompañará.
-Gracias.
-No, gracias a ti. Necesitamos un refuerzo, la actividad se ha multiplicado.
- ¿Qué me tengo que poner?
- Menos un vestido, lo que quieras. Ah, Lucía…
-¿Sí?
-Ten cuidado.
Lo miré extrañada. Bajé la cabeza en señal de agradecimiento y fui hacia Isabella.
-He oído todo, tranquila. Vamos.
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Para iros metiendo en la historia,subo el segundo capítulo.Por favor,si podéis pasarlo a otra gente o dejarme comentarios sobre qué os parece lo agradecería.Muchas gracias.
Alejandra.















sábado, 22 de junio de 2013

Personajes :3

Nueva historia escrita desde el verano pasado...Iré subiendo capítulos ya que tengo 12 completos y este verano adelantar más posibles.
PERSONAJES:

Nombre: Nash Grigori.
Edad: Desconocida (Nacido en el siglo XII).
Muerte: Transformación a vampiro con 30 años.
Nacionalidad: Ruso
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Familia: Desconocida.
Físico:Ojos color miel,pelo castaño oscuro,piel morena.

Lucía Nogales González.
Edad: 23 años.
Cargo: Policía casos paranormales.
Nacionalidad: Española
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Lugar de nacimiento: Madrid (España)
Familia: Alberto Nogales Pérez (Padre), Laura González López (Madre), María Nogales González (Hermana)

Nombre: Howard Reems.
Edad: 49 años.
Profesión: Jefe del cuerpo de  Policía casos paranormales.
Nacionalidad: Americano
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Lugar de nacimiento: Schaumburg (Illinois,Estados Unidos)

Familia: Isabella Reems (Hija), Lucinda Reems (Esposa, fallecida)
Nombre: Isabella Reems.
Edad: 25 años.
Profesión: Policía de pruebas en casos paranormales.
Nacionalidad: Americana.
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Lugar de nacimiento: Coche de camino a Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Familia: Howard Reems (Padre), Lucinda Reems (Madre, fallecida)

Nombre: Mary Luce Jones.
Edad: 29 años.
Profesión: Policía casos paranormales, y en ratos libres, niñera.
Nacionalidad: Americana.
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Lugar de nacimiento: Austin (Texas, Estados Unidos)
Familia: Anne Jones (Madre), Joseph Jones (Padre), Ross Jones (Hermano), Katherine Jones (Hermana), Louis Jones (Hermano), Nicholas Jones (Hermano)
Nombre: Natalia Rodríguez
Edad: 32 años.
Profesión: Policía casos paranormales.
Nacionalidad: Colombiana.
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos).
Lugar de nacimiento: Bogotá (Colombia).
Familia: José Rodríguez (Padre), Audrey Rodríguez (Madre), Rosa Rodríguez (Hermana), Isabel Rodríguez (Hermana), Carlos Rodríguez (Hermano)
Nombre: Thomas Riley
Edad: 29 años.
Profesión: Policía casos paranormales.
Nacionalidad: Americano.
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Lugar de nacimiento: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Familia: Trent Riley (Hermano), Lauren Riley (Madre), Holly Riley (Hermana, fallecida)
Nombre: Orlando Meers
Edad: 34 años.
Profesión: Policía casos paranormales.
Nacionalidad: Afroamericano.
Lugar de residencia actual: Chicago (Illinois, Estados Unidos)
Lugar de nacimiento: Washington D.C (Estados Unidos)
Familia: Wanda Meers (Madre), Antoine  Meers.
Nombre:Val Alexander
Edad: 200 años (convertido en el siglo XIX)
Nacionalidad:¿?
Lugar de residencia:¿?
Lugar de nacimiento:¿?
Familia:¿?
Iré actualizando a medida que se avance la historia.